lunes, 25 de octubre de 2010

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Siempre cuando todo va de maravilla, cada vez a mejor, suele haber algo que interrumpe el ciclo de la felicidad. Hay momentos en los que puedes dejar las cosas claras y decir, ¡BASTA! y cortar de raíz como se pueda, y seguir alegremente. Pero no todo, aunque se quiera, es felicidad en esta vida. Por alguna razón, ahora no puedo sonreír del todo. No tengo a cien mi medidor de felicidad. Pero, ¿qué hay que hacer? Fingir estar bien es lo único que queda cuando quieres a alguien y no quieres estropear su felicidad. Aunque por dentro te mueras, aunque quieras decir tantas cosas que dirías... No. Es mejor sufrir por la persona a la que amas. Y cuando pase todo, poder olvidar ese sufrimiento y volver a las alegrías. Pero, mientras tanto, esperar. Desear que pase lo que tenga que pasar. Rápido, indiferentemente doloroso o no, pero rápido, para que todo vuelva a la normalidad y todo, vuelva a ser como siempre y poder poner el medidor de felicidad interior como exterior a cien. Poder volver a ser todo lo feliz que se puede, aunque si has sufrido, haya sido por la persona a la que quieres.

3 comentarios:

  1. ei diana k te pase ste article no magrade eh
    ey k fa tems k no xarem eh
    vinga anims b7s

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  2. no res aitor !
    ja no res :)
    Gracies per la preocupacio :D
    B7s

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  3. ei km vols k no me preocupe som amiks no?¿
    b7s

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